Inmaculada Concepción
jue, 08 dic.
|Por determinar
Conmemoración y recordatorio de fechas cívicas del Perú


Horario y ubicación
08 dic. 2022, 12:00 a. m.
Por determinar
Acerca del evento
El 8 de diciembre se celebra el día de la Inmaculada Concepción y es fiesta nacional en España, formando parte del famoso ‘puente de la Constitución’ o ‘puente de diciembre’. El origen de esta celebración se remonta a mediados del siglo XIX de la mano del Papa Pío XI, aunque en España se celebra desde 1644. Es una festividad de carácter religioso, que conmemora el nacimiento de la Virgen María, quien estuvo libre de pecado y culpa desde su concepción hasta su muerte, según marca la tradición católica.
La fecha elegida se debe a un cálculo matemático. La Iglesia Católica celebra el nacimiento de la Virgen el 8 de septiembre, por lo que para calcular el momento en el que fue concebida, se restaron nueve meses a esta fecha, dando como resultado el 8 de diciembre.
La Inmaculada Concepción de María, conocida también como la Purísima Concepción, es un dogma de la Iglesia católica proclamado en 1854 que sostiene que la Virgen María estuvo libre del pecado original desde el primer momento de su concepción por los méritos de su hijo Jesucristo, recogiendo de esta manera el sentir de dos mil años de tradición cristiana al respecto. Se celebra el 8 de diciembre, nueve meses antes de la celebración de la Natividad de la Virgen el 8 de septiembre.1
No debe confundirse este dogma con la doctrina del nacimiento virginal de Jesús, que sostiene que Jesús fue concebido sin intervención de varón mientras que María permaneció virgen antes, durante y después del parto.
Al desarrollar la doctrina de la Inmaculada Concepción, la Iglesia católica contempla la posición especial de María por ser madre de Cristo, y sostiene que Dios, en previsión del nacimiento de su Hijo, preservó a María, desde el momento de su concepción, de toda mancha o efecto del pecado original, heredado por todos los hombres desde Adán y Eva. La doctrina reafirma con la expresión «llena de gracia» (en latín: Gratia Plena) contenida en el saludo del arcángel Gabriel (Lc 1:28), y recogida en la oración del Ave María, este aspecto de ser libre de pecado por la gracia de Dios.